Resulta curioso comprobar cómo casi todos tenemos en mente escenas de las películas de James Bond con moto. Sin embargo no son tan frecuentes como podría parecer. Además de las mencionadas For Your Eyes, Tomorrow Never Dies y Quantum of Solace, no son demasiadas las que presentan escenas importantes. Algunos ejemplos son:
-Thunderball, (1965), con una BSA Lightning 650 lanzacohetes (punto 2:21 del corte)
-Diamonds Are Forever (1971), con una Honda ATC -la aceptaremos como moto- y la presencia de una Triumph T100.
-Live and let die (1973) con una Harleys 350 SS, pilotadas por los torpes.
-The Spy who love me (1977), una Kawasaki Z 900 con sidecar
-Never Say Never Again, 1983, con Yamaha 650 Turbo Seca creo que en este caso la usa el mismo Bond.
-Octopussy, (1983), con una BMW R 100 CS llevada por la policía.
-GoldenEye (1995) con una Cagiva 350 llevada por los malos.
-The World Is Not Enough (1999), unas fugaces BMW K 75 RT de la policía.
Es posible que quede alguna, pero teniendo el cuenta el abundante uso de maquinaria a motor en todas las películas, con un amplio despliegue de marcas, modelos y tipos de escena, parece llamativo que al final la presencia motera sea casi testimonial. Las marcas no pagarán las correspondientes tarifas de product placement, digo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario